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Los Cinco Minutos de María |
Toda la hermosura y toda la bondad de María brota de su Corazón. La vida íntima de la Virgen se reflejó en su exterior; si sus ojos fueron limpios y puros, fue porque su Corazón fue virginal; si sus obras fueron sants, fue porque su espíritu vivía en santidad.
El cristiano tiene que ser santo y tiene que parecerlo; debe aparecer lo que es en realidad; la falsedad y el fingimiento son anticristianos.
En consecuencia, su mayor esfuerzo deberá orientarse a "ser", más que a "aparecer", si bien no podrá descuidar tampoco el aparecer.
María contribuye con su presencia a formar el Reino de Dios, que es reino de justicia, de verdad, de amor y de paz.
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