El Papa puede realizarla libremente, voluntariamente y presentar una carta formalmente a los cardenales, como hoy lo ha hecho Benedicto XVI ante los cardenales que se encontraran reunidos en Roma.
El Código de Derecho Canónico no contempla
que la renuncia deba ser aceptada. El papado es el único oficio eclesiástico
que no necesita la aceptación de la renuncia.
Luego de que se haga efectiva la renuncia del Papa Benedicto XVI en la noche del 28 de febrero a las 8:00 p.m. (hora de Roma), ninguna decisión importante o esencial en la vida de la Iglesia se podrá tomar hasta el nombramiento del nuevo Papa.
Quien tomará las decisiones ordinarias de la Iglesia es el cardenal decano, actualmente el Cardenal Angelo Sodano.
El cardenal decano se lo elige por antigüedad en el cargo de cardenal y es nombrado por el Papa, y sera quien emita un mensaje a la feligresía si es que fuera necesario.
Tras su renuncia, el Papa renunciante no tendrá ningún cargo de gobierno dentro de la Iglesia. Sin embargo, mantiene sus prerrogativas como Papa emérito y puede administrar sacramentos
en cualquier parte del mundo sin pedirle permiso a nadie, aunque eso
podría no suceder considerando que Santo Padre Benedicto XVI ha manifestado su
voluntad de ingresar a un monasterio de clausura para dedicarse a una
vida de oración.
Una vez que el Papa haga efectiva su renuncia, el peso será su autoridad moral espiritual. En cuestiones de decisiones de gobierno no va a tener ninguna potestad. Él no puede establecer un candidato. Sus opiniones y mensajes tendrán un peso en la moral Iglesia.
Para elegir al nuevo Papa, el camarlengo citará a todos los cardenales del mundo.
Al haber sido pública la renuncia, los cardenales ya deben estar
ahí. Lo que sí dicen las leyes de la Iglesia es que una vez fallecido el
Papa hay un plazo entre 15 y 20 días para dar inicio al cónclave.
Cualquier católico varón bautizado puede ser elegido Papa.
Los cardenales que van a estar reunidos en el cónclave y que deben
ser menores de 80 años, son electores y, aunque la mayoría han sido
cardenales, el Papa no necesariamente puede ser cardenal. Si se eligiera
a algún otro cristiano, el siguiente paso es que los cardenales de Roma
deberán localizarlo y, si él acepta, tendrá que trasladarse a Roma, ser
ordenado sacerdote, luego elevado a obispo y, desde entonces, ser
Papa.
En la Iglesia no hay una
campaña política o se tome partido por un candidato. Eso no existe y
está prohibido, pues los candidatos son cualquier varón
bautizado y célibe del mundo. Los cardenales están autorizados, en las
reuniones previas al cónclave, para transmitir opiniones y pareceres.
La vida de la Iglesia va a continuar tras
la renuncia del Papa Benedicto XVI, la Iglesia tiene más
de 20 siglos. Van a continuar las fiestas, no va afectar en nada. Pedimos a todos los católicos oración por el nuevo Papa y también en gratitud al Papa actual.
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