San Fracisco de Paula (J. Bourdichon 1507) |
Nació
en un pueblecito llamado Paula, en Italia, en 1416. Cuando tenía unos
pocos años se enfermó gravemente de los ojos. Se encomendó junto con
sus padres a San Francisco y este santo le obtuvo de Dios la curación.
En acción de gracias se fue a los 14 años en peregrinación a Asís, y
allá recibió la inspiración de convertirse en ermitaño, dedicado a
rezar y a hacer penitencia.
Se retiró a la montaña, y ahí
permaneció durante cinco años, rezando, meditando y alimentándose
solamente de agua y de yerbas silvestres y durmiendo sobre el duro suelo,
teniendo por almohada una piedra. Pronto, varios hombres siguieron su
ejemplo. Francisco tuvo que fundar varias casas para sus religiosos y,
en todos sus conventos puso una consigna o ley que había que cumplir
siempre. Decía así: "Cuaresma perpetua". Esto quiere decir
que en la alimentación se debían hacer las mortificaciones que
antiguamente se hacían en cuaresma con el fin de fortificar la voluntad.
Miles de hombres decidieron abandonar la
vida pecaminosa del mundo e irse a la Comunidad religiosa fundada por
San Francisco de Paula. Así como San Francisco de Asís les había
puesto a sus religiosos el nombre de "hermanos menores", San
Francisco de Paula les puso a los que pertenecían a su comunidad el
nombre de "hermanos Mínimos". El Divino Espíritu le concedió
a San Francisco de Paula el don de hacer milagros, de hacer curaciones,
y el don de profecía.
El Papa Pablo VI dijo en 1977 que San
Francisco de Paula es un verdadero modelo para los que tienen que
llamarles la atención a los gobernantes que abusan de su poder y que
malgastan en gastos innecesarios el dinero que deberían emplear en
favor de los pobres. Por muchos años nuestro santo recorrió ciudades y
pueblos llevando los mensajes de Dios a las gentes. Y en aquellos
tiempos (como ahora) había alcaldes, gobernadores, ministros y hasta
jefes de Estado que abusaban de su poder y gastaban los dineros públicos
para enriquecerse o para hacer gastos inútiles y conseguir lujos, en
vez de socorrer a los necesitados. A ellos les iba recordando San
Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio aquellas
palabras que dijo en el Evangelio: "Dame cuenta de tu administración"
.
También les recordaba esta frase del
Apocalipsis: "He aquí que tengo y traigo conmigo mi salario. Y le
daré a cada uno según hayan sido sus obras". Todo esto hacía
pensar muy seriamente a muchos gobernantes y los llevaba a corregir los
modos equivocados de proceder que habían tenido en el pasado.
El santo logró convertir a Luis XI antes de su muerte. Este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro Carlos VIII, rey de Francia.
Murió el Santo, 2 de abril de 1507. El
pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo como santo y los milagros
empezaron a sucederse.
Doce años después de su muerte, fue proclamado santo por el Sumo Pontífice León X , en 1519.
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