Nació en Florencia, de familia muy rica y su único hermano
fue asesinado. Era heredero de una gran fortuna y su padre deseaba que ocupara altos
puestos en el gobierno.
Un Viernes Santo iba este santo por un camino rodeado de
varios militares amigos suyos, y de pronto se encontró en un callejón al esesino de su
hermano. El enemigo no tenía a donde huir, y Juan dispuso matarlo allí mismo. El asesino
se arrodilló, puso sus brazos en cruz y le dijo: "Juan, hoy es Viernes Santo. Por
Cristo que murió por nosotros en la cruz, perdóname la vida". Al ver Gualberto
aquellos brazos en cruz, se acordó de Cristo crucificado. Se bajó de su caballo. Abrazó
a su enemigo y le dijo: "Por amor a Cristo, te perdono".
Siguió su camino y al llegar a la próxima iglesia se
arrodillo ante la imagen de Cristo crucificado y le pareció que Jesús inclinaba la
cabeza y le decía: "Gracias Juan".
Desde aquel día su vida cambió por completo. En premio de su
buena acción, Jesús le concedió la vocación, y Juan dejó sus uniformes militares y
sus armas y se fue al convento de los monjes benedictinos de su ciudad a pedir que lo
admitieran como religioso. Su padre se opuso totalmente y exigió al superior del convento
que le dovolvieran a Juan inmediatamente.
Cuando el papá vio al antiguo guerrero convertido en sencillo
y piadoso monje se echó a llorar, y dándole su bendición se retiró.
En aquellos tiempos, el peor defecto que había en la Iglesia
era la Simonía, es decir, algunos compraban los altos cargos, y así llegaban a dirigir
la Santa Iglesia algunos hombres indignos. En el convento de florencia, donde estaba Juan,
se murió el superior, uno de los monjes fue con el obispo y con dinero hizo que lo
nombraran superior a él. También el obispo había comprado su cargo.
Gualberto no pudo soportar esta indignidad y se retiró de
aquel convento con otros monjes y antes de salir de la ciudad, declaró publicamente en la
plaza principal que el superior del convento y el obispo merecían ser destituidos porque
habían cometido el pecado de simonía. Más tarde logró que los destituyeran.
Fundador. Se fue a un sitio muy apartado y silencioso, llamado
Valleumbroso y allá fundó un monasterio de mojes benedictinos que se propusieron cumplir
exactamente todo lo que San Benito había recomendado a sus monjes. El monasterio llegó a
ser muy famoso y le llegaron vocaciones de todas partes. Con los mejores religiosos de su
nuevo convento fue fundando varios monasterios más y así logró difundir por muchas
partes de Italia las buenas costumbres, y fue atacando sin misericordia la simonía y las
costumbres corrompidas. Las gentes sentían gran veneración por él.
Después de haber logrado que muchas personas abandonaran sus
vicios y se convirtieran y que muchos sacerdotes empezara a llevar una vida santa, y
gozando del enorme aprecio del Papa y de numerosos obispos, murió el 12 de julio de 1073,
dejando muchos monasterios de religiosos que trataban de imitarlo en sus virtudes y
llegaron a gran santidad.
Que sus ejemplos sean de gran provecho para nuestra alma.
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