ECCE HOMO
Ved al Hombre con beso vil marcado
Que purga las hipócritas traiciones
Ved al hombre que paga rebeliones
Sujeto por cordeles y arrastrado.
Ved al hombre por débiles juzgado
Cancelando soberbias opiniones
Ved al Hombre que sufre bofetones
Y así insomnes venganzas ha saldado.
Con vestimenta está de necio y loco
Porque yo me infatué con falsa ciencia,
Es pospuesto a un infame puesto siempre incovo.
Jamás pensó Pilatos el renombre
Que le diera exclamar: ¡He aquí el Hombre!
V. F., Presbítero.
Y oyendo que un ladrón perdón le ruega
Bondadoso a su llanto se doblega
Y le ofrece en su reino estar sentado.
Luego exclama por el celo devorado
Tengo sed de salvar al que se ciega
Y hasta el pie de mi cruz gritando llega
Y en mi cruel agonía me ha insultado.
Elevándose augusto ante su padre,
Ofrece a cuantos buscan su doctrina
Que a María posean como madre.
Suspendido cual víctima divina
Consumando su posterior anhelo
Ofrece a quien lo mata darle el cielo.
V. F. Presbítero.
El redentor del Mundo
"Sobre el Gólgota juntos, postrado de hinojos; haz que se deshagan en llanto mis ojos".
¡HA RESUCITADO!
"No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resusitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habian puesto" (Marcos 16, 6)
TÚ
Tú, que tanto hablaste de Amor
y ciertamente lo eres.
Tú, que por Amor, carne te hiciste
y enseñaste que Amar es morir
y por Amor moriste.
Tú, que fuiste fiel por Amor, y aún lo eres
a Tu Padre y a tus hermanos
para redimir y no en vano.
Tú que incesantemente, predicaste el Amor
y lo viviste hasta el último momento
y gritaste, por Amor, ¡Perdónalos!,
no saben lo que hacen.
Tú que por Amor lloraste
la muerte de aquel, que era tu amigo
y no por cobardía o por cansancio
(Podías darle Vida)
sino por la amargura del pecado
que la muerte significa.
Tú que todo lo diste, por Amor,
hasta Tu Madre, ¡Que es una Santa!
y sufriste la traición, la soledad, la muerte.
Tú, que por amor dejaste
hasta Tú última gota de sangre como bebida
y Tu cuerpo como alimento
y todo por Amor y Redención.
Tú, que lo eres todo.
El Principio y el Fin, el Alfa y el Omega.
Hoy, yo te pido, enséñame ese Don,
muéstalo, para que sea yo,
espejo de esa Luz, que es tuya.
Y sobre todo, para que pueda entender,
y seguir amando, aún ante el rechazo
a mi pobre y débil amar.
Tú, que tanto hablaste de Amor
y ciertamente lo eres.
Tú, que por Amor, carne te hiciste
y enseñaste que Amar es morir
y por Amor moriste.
Tú, que fuiste fiel por Amor, y aún lo eres
a Tu Padre y a tus hermanos
para redimir y no en vano.
Tú que incesantemente, predicaste el Amor
y lo viviste hasta el último momento
y gritaste, por Amor, ¡Perdónalos!,
no saben lo que hacen.
Tú que por Amor lloraste
la muerte de aquel, que era tu amigo
y no por cobardía o por cansancio
(Podías darle Vida)
sino por la amargura del pecado
que la muerte significa.
Tú que todo lo diste, por Amor,
hasta Tu Madre, ¡Que es una Santa!
y sufriste la traición, la soledad, la muerte.
Tú, que por amor dejaste
hasta Tú última gota de sangre como bebida
y Tu cuerpo como alimento
y todo por Amor y Redención.
Tú, que lo eres todo.
El Principio y el Fin, el Alfa y el Omega.
Hoy, yo te pido, enséñame ese Don,
muéstalo, para que sea yo,
espejo de esa Luz, que es tuya.
Y sobre todo, para que pueda entender,
y seguir amando, aún ante el rechazo
a mi pobre y débil amar.
Aníbal Luis Puricelli Pinel
-catequista-
2 de Agosto de 1995
2 de Agosto de 1995
¡FELICES PASCUAS!
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