Alguien, muy amante de la vida y profundamente creyente, decía a menudo:"Me alegro de cada instante que vivo".
Se le veía siempre con el rostro alegre repitiendo en su oración personal estas palabras: Jesús, mi alegría, mi esperanza y mi vida.Un creyente que vive en esta dimensión, todo lo relativiza y sabe darle importancia cada día a lo que es fundamental.
Elvira celebra su santo en el mismo día que la Virgen del Carmen, devoción tan arraigada en España y en el mundo entero.
Elvira consagró su vida al Señor mediante los tres lazos imperecederos de la virginidad, la pobreza y la obediencia en el monasterio.Su virtud resplandecía entre todas su hermanas.
Por eso, apenas tuvieron ocasión, la eligieron abadesa o superiora del monasterio.
Fue una alegría para todas. Supo dirigir el monasterio con tanta prudencia, amabilidad y buen consejo, que las monjas y cuantas personas la trataban quedaban encantadas ante el atractivo de su santidad y la delicia de sus corazón virgen.
El monasterio en el que surgió su apostolado, brilló por sus dotes de atención a los pobres y sus cualidades para gobernarlo según las reglas.
Se llama D’Ohren, ya que está situado a la vera de la Renania alemana.Todo esto sucedió en el siglo XII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario