SANTA ROSA
DE LIMA
PATRONA PRINCIPAL DE
IBEROAMÉRICA
30 de agosto
n. 1586 en Lima, Perú;
† 24 de agosto de 1617 en Lima, Perú
Patrona Principal de Iberoamérica; Lima, Perú; Filipinas; bordadores;
† 24 de agosto de 1617 en Lima, Perú
Patrona Principal de Iberoamérica; Lima, Perú; Filipinas; bordadores;
floristas; jardineros; personas ridiculizadas por su piedad.
Protectora contra la vanidad.
Una virgen se ocupa de las cosas del Señor,
a fin de ser santa de cuerpo y alma.
(1 Corintios, 7, 34)
a fin de ser santa de cuerpo y alma.
(1 Corintios, 7, 34)
Rosa
de Santa María, (1586-1617) llamada así por la virginal hermosura de su
rostro, pues su nombre de pila era Isabel, fue la primera flor de
santidad que produjo la América española. Nació en Lima, Perú, de padres
de origen español y modestos de condición. Desde su más tierna edad,
Rosa experimentaba una atracción cada día más desbordante hacia la
santidad, la virginidad, la devoción, el amor al retiro, un
extraordinario espíritu de penitencia. Sus padres deseaban un ventajoso
matrimonio dada la belleza de su hija, pues verdaderamente era
deslumbrante. Con ese fin, le hacían frecuentar fiestas y banquetes para
llamar la atención de los jóvenes más ricos de la ciudad. Rosa obedecía
pero sabía sacar provecho de estas fiestas. Debajo de su diadema de
rosas colocaba un casquete con pinchos, en forma de corona de espinas. Y
bajo sus vistosos vestidos colocaba cilicios y otros instrumentos para
macerar su cuerpo. En 1616, a los 24 años, vistió el hábito negro y
blanco de la Tercera Orden de Sto. Domingo. Desde entonces todavía
progresó más a pasos agigantados por el camino de la perfección. Aseveró
su confesor que, "Jamás, ni de día ni de noche, perdía la presencia de
Dios en su corazón y que su alma nunca fue mancillada por el pecado
venial". El Señor le concedió la gracia de repetir en sí misma los
atroces dolores de la Pasión de Cristo. En medio del dolor gritaba:
"Aumentadme el dolor, Pero, dios mío, dadme paciencia". Murió el 24 de
agosto de 1617 a la edad de 31 años, admirada en toda Lima y querida ya
en todo Perú. El Papa Clemente X la canonizó en 1671, siendo la primera
santa americana que llegó a los altares. En la Argentina ha sido
establecido este día "como Fiesta nacional de Acción de gracias a la
divina Providencia, por los beneficios conferidos a la Nación".
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SANTA ROSA
SOBRE LA VIDA DE SANTA ROSA
I.
Trata al menos de encontrar todos los días un momento libre para
dedicarte, en la soledad, a la meditación y a la oración. Ama a tus
padres por Dios, y los servicios que les hagas, figúrate que los haces
al mismo Jesús. Así pensarás en El sin cesar.
II. San Agustín, hablando de Cristo y de la Iglesia, su Esposa inmortal, dice que son dos en una sola y misma pasión. Así debe ser en cuanto a la unión del alma con Jesucristo. Para agradar al Esposo, es menester hacerse semejante a Él; por eso Santa Rosa practica las penitencias más rigurosas, y lleva en la cabeza un aro de hierro con agudas puntas en su parte interior, semejante a la corona de espinas. Para gozar de los castos abrazos del Esposo, se debe despreciar la propia carne. (San Jerónimo)
III. Sacrificar la carne y sus concupiscencias, es poco todavía. Mira a Santa Rosa. Ya la pruebe la enfermedad, ya Dios le retire sus consolaciones, a todo se resigna. Lo único que pide a su Esposo, es que aumente su amor en proporción a los sufrimientos que padece. ¡En cambio nosotros nos impacientamos ante la menor contrariedad, nos abatimos ante la menor prueba! Avergoncémonos de nuestra cobardía y adoptemos la resolución de sufrir, por lo menos con paciencia, los males que no podemos evitar. Estáis prometidos a Cristo, le habéis consagrado vuestra voluntad. (Tertuliano)
II. San Agustín, hablando de Cristo y de la Iglesia, su Esposa inmortal, dice que son dos en una sola y misma pasión. Así debe ser en cuanto a la unión del alma con Jesucristo. Para agradar al Esposo, es menester hacerse semejante a Él; por eso Santa Rosa practica las penitencias más rigurosas, y lleva en la cabeza un aro de hierro con agudas puntas en su parte interior, semejante a la corona de espinas. Para gozar de los castos abrazos del Esposo, se debe despreciar la propia carne. (San Jerónimo)
III. Sacrificar la carne y sus concupiscencias, es poco todavía. Mira a Santa Rosa. Ya la pruebe la enfermedad, ya Dios le retire sus consolaciones, a todo se resigna. Lo único que pide a su Esposo, es que aumente su amor en proporción a los sufrimientos que padece. ¡En cambio nosotros nos impacientamos ante la menor contrariedad, nos abatimos ante la menor prueba! Avergoncémonos de nuestra cobardía y adoptemos la resolución de sufrir, por lo menos con paciencia, los males que no podemos evitar. Estáis prometidos a Cristo, le habéis consagrado vuestra voluntad. (Tertuliano)
El desprecio de los placeres
Orad por las vírgenes consagradas a Dios.
ORACIÓN
Oh Dios poderoso, dispensador de todos los bienes, que habéis provisto a la bienaventurada Rosa con el rocío de la gracia celestial, y que la habéis hecho brillar en América con el fulgor de la virginidad y de la paciencia, concedednos la gracia a nosotros servidores vuestros, de correr tras el olor de sus perfumes, y merecer así llegar a ser un día el buen olor de vuestro Hijo, que, con Vos y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Orad por las vírgenes consagradas a Dios.
ORACIÓN
Oh Dios poderoso, dispensador de todos los bienes, que habéis provisto a la bienaventurada Rosa con el rocío de la gracia celestial, y que la habéis hecho brillar en América con el fulgor de la virginidad y de la paciencia, concedednos la gracia a nosotros servidores vuestros, de correr tras el olor de sus perfumes, y merecer así llegar a ser un día el buen olor de vuestro Hijo, que, con Vos y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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