Lic. José María Baamonte |
Desde el Directorio Católico queremos recordar al Licenciado José María Baamonde, un gran luchador contra el mal que producen las sectas. Elevar una oración por su alma y recordar su trabajo.
En lo personal, creemos que hubo en él un cristianismo comprometido y heróico.
Lo recordamos con la nota que publicó AICA en al año 2006.
El
24 de agosto de 2006, después de una larga y dolorosa enfermedad,
falleció en Madrid, a los 47 años, José María Baamonde, fundador y
presidente de la Fundación S.P.E.S (Servicio para el esclarecimiento en
Sectas).
La noticia de su fallecimiento fue recibida en Buenos Aires con mucha
pena por los numerosos amigos y colaboradores que conocieron el trabajo
apostólico, infatigable, silencioso y muchas veces ignorado de Baamonde.
José María Baamonde nació en Buenos Aires en 1959. Licenciado en
psicología, se especializó en el fenómeno de las sectas, desde la
investigación hasta el abordaje terapéutico de ex adeptos. Su amplia
labor en este campo abarca un sinnúmero de cursos, conferencias y
publicaciones en el país y en el extranjero.
Su nombre cobró relevancia cuando con admirable valentía y celo
apostólico dirigió las investigaciones que culminaron en el
desbaratamiento de la temible secta “Los Niños de Dios”, dedicada por
entonces al reclutamiento de niños para ejercer la prostitución. Su
incesante trabajo permitió rescatar para la Iglesia a numerosos hijos
caídos en la trampa de grupos siniestros. Fue autor de varios libros,
entre ellos: “Sectas y lavado de cerebro”; “Cultos afrobrasileños”; “Los
niños de Dios”, y “Sectas en preguntas y respuestas”.
La Fundación SPES
A fines de 1989 crea la Fundación SPES, surgida como respuesta al documento “Sectas o Nuevos Movimientos Religiosos / Desafíos Pastorales”,
emitido en 1986 por el Secretariado vaticano para la Unidad de los
Cristianos (hoy Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los
Cristianos), en el que se pedía el estudio de una serie de temas en
relación al fenómeno de las sectas o nuevos movimientos religiosos.
Hasta ese momento había en nuestro país escasa bibliografía sobre el
tema, mayormente de carácter académico, y solo media docena de
publicaciones dirigidas al público en general, la mayoría de las cuales
estudian el tema desde una perspectiva sociológica o teológica,
abordajes importantes pero insuficientes.
Baamonde reunió a un grupo de personas preocupadas por el problema, con
el objeto de aunar esfuerzos para estudiar el fenómeno
interdisciplinariamente y, a la vez, brindar una serie de servicios a la
comunidad en general y a la Iglesia en particular mediante SPES.
Baamonde y AICA
“Dedicarse al estudio del fenómeno sectario en nuestro país o escribir
sobre él, es difícil, ingrato y se debe contar con cierta dosis de
vocación para el martirio”. Con estas palabras iniciaba Baamonde una
serie de suplementos del boletín AICA sobre el tema de las Sectas.
Primero fue como AICA-DOC y luego, por lo solicitado del tema, desde
junio de 1995 se confeccionaron como “Fichas” específicas que se
publicaban junto con el boletín AICA, en papel de color verde, el color
de la esperanza (Spes).
Fueron en total 53 números o fichas (53 semanas), y en cada una se
explicaba en forma clara y didáctica cada uno de los movimientos
religiosos de carácter sectario. Se hacía una introducción histórica del
origen de la secta, los motivos que esgrimían los fundadores y
seguidores, una explicación de su accionar, advertencias sobre sus
consecuencias y bibliografía recomendada.
Su partida a España
En el año 2000, se vio obligado a emigrar a España, donde pudo trabajar
para mantener a su familia, ya que en la Argentina se le habían cerrado
todas las puertas. Trabajó como psicólogo en la Universidad de Comillas
y siguió dando cursos y conferencias, ahora muy solicitado en el viejo
continente. Continuó editando el “Infospes”, actualizando el sitio web: www.infospes.com y respondiendo consultas que recibía de la Argentina.
En marzo de este año, su enfermedad se complicó con una metástasis en
la médula que lo dejó parapléjico. Aun así se acercó a su computadora
para escribir unas sentidas palabras de agradecimiento a todos los que
le escribían y ofrecía su padecimiento por las intenciones de sus
compatriotas.
El jueves 24 de agosto era la fiesta de San Bartolomé, aquel apóstol de
quien Jesús, al verlo por primera vez, exclamó: “He aquí un verdadero
israelita, un corazón leal y sin engaño... Ese día le llegó la hora del
descanso a José María Baamonde, un católico comprometido con la verdad y
con el dolor de sus hermanos. AICA despide a un amigo que partió a la
casa del Padre.
Un auténtico discípulo de Cristo
Christian Viña, periodista, escritor y hoy seminarista, al conocer la
muerte de Baamonde, envió a AICA el siguiente testimonio:
“Despido a un amigo y hermano del alma. Lo conocí hace casi 15 años
cuando yo trabajaba en el noticiero de América 2 y él, con un coraje
inaudito logró desbaratar a la secta "Los Niños de Dios", dedicada por
entonces al reclutamiento de niños para ejercer la prostitución. Los
reportajes y otros trabajos que hicimos juntos permitieron, asimismo,
rescatar para la Iglesia a numerosos hijos, caídos en la trampa de éste y
otros grupos siniestros.
“Fue un auténtico discípulo de Cristo, que ardía de dolor ante el
drenaje incesante de católicos hacia estos falsos profetas. Fue un
hombre de Iglesia, que contó entonces con el apoyo incondicional del
cardenal Antonio Quarracino (arzobispo de Buenos Aires), pero que supo
también de la indiferencia, la incomprensión y hasta el desprecio de
otros "fieles" encumbrados.¡Nada lo arredró! Sabía en quien había puesto
su Esperanza y eso le permitió dar, hasta el fin, el "buen combate" de
la Fe. Sus numerosos libros, folletos y otras publicaciones, como los
cursos y talleres que dio a lo largo y a lo ancho del país, son un
testimonio imperecedero de todo lo que se puede cuando abunda el amor a
Jesucristo y la fidelidad a la Santa Madre Iglesia.
“El nacimiento del Tercer Milenio lo vio emigrar, con intensísimo
dolor, junto con su esposa e hijos, hacia España, la Madre Patria, de la
que él nunca renegó y, por el contrario, amó intensamente como
agradecido caballero cristiano. Nuestra Argentina, su Patria entrañable,
prácticamente lo había arrinconado en la miseria, el olvido y la
marginación. Por eso debió partir. Quienes seguimos de cerca el proceso
que desembocó en ello, sabemos muy bien de sus lágrimas ocultas.
En Europa logró el reconocimiento que aquí se le negó. Fue catedrático
de importantes Universidades españolas, conferencista de su especialidad
en distintas ciudades y asesor de la Santa Sede sobre sectas. Es más,
buena parte de sus trabajos fueron recogidos para los últimos
pronunciamientos del Magisterio sobre el particular.
Vivió, entre nosotros, poco menos de medio siglo. Hoy se arroja a los
brazos de Jesús, María y José con la fe propia de los niños, de esos que
no se olvidan, aun conjugando filosofía y teología, de las primeras
oraciones, de las verdades accesibles a todos, y del amor a la Iglesia
que sabe de renuncias y no de tibiezas.
¡Querido amigo y hermano! Como te escribí al dedicarte mi quinto libro,
"Gracias por todo", te vuelvo a decir gracias por como "gastaste y
desgastaste" tu joven vida por el Evangelio. Y le doy gracias a Dios por
el regalo que nos hizo con tu existencia. ¡Hasta el reencuentro, si Él
así lo quiere! Pedile, mientras tanto, a Nuestra Señora de la Esperanza,
en quien tanto confiaste, que nos alcance de su amado Hijo la sabiduría
y el coraje necesarios para seguir, también nosotros, hasta morir en la
raya.+
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