Santa Gertrudis
Mística
Año 1302
Mística
Año 1302
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Santa Gertrudis |
Gertrudis
es una palabra que en su idioma significa "fiel defensora"
(ger = defensora, trud = fiel).
Santa Gertrudis es la patrona de las personas
místicas, porque ella fue la primera gran mística de quien se tenga
historia (la Iglesia llama místicas a las personas que se dedican a
tratar directamente con Dios por medio de fervorosísimas oraciones, y a
recibir de Él, mensajes y revelaciones). Más tarde aparecerán otras
grandes místicas como Santa Brígida, Santa Catalina, Santa Teresa y
Santa Margarita, etc., pero la primera de la cual se conocen las
revelaciones recibidas es nuestra santa de hoy. Por eso es tan
importante.
Santa Gertrudis fue la primera en propagar la
devoción al Sagrado Corazón y el culto a San José. Los demás santos
que después propagaron estas devociones se basaron en revelaciones
recibidas por esta gran mística.
Nació en Eisleben (Alemania) en el año 1256.
A los 5 años fue llevada al convento de unas
monjitas muy fervorosas y allí demostró tener cualidades excepcionales
para el estudio. Sobresalía entre todas por la facilidad con la que
aprendía la literatura y las ciencias naturales, y por su modo tan
elegante de emplear el idioma. Y tenía la fortuna de que la superiora
del convento era su tía Santa Matilde, otra gran mística, que
frecuentemente recibía mensajes de Dios.
Hasta los 25 años Gertrudis fue una monjita como
las demás, dedicada a la oración, a los trabajos manuales y a la
meditación. Solamente que sentía una inclinación sumamente grande por
los estudios, aunque era a los estudios mundanos de literatura,
historia, idiomas y ciencias naturales. Pero en esa edad recibió la
primera de las revelaciones que la hicieron famosa, y desde aquel día
su vida se transformó por completo.
Así lo narra ella misma: "Estaba yo en un
rincón de la capilla donde acostumbraba hacer mis tibias oraciones,
cuando se me apareció Nuestro Señor y me dijo: - Hasta ahora te has
dedicado a comer polvo como los que no tienen fe. De allí has tratado
de extraer miel y sólo has encontrado espinas. Desde ahora dedícate a
meditar en mis mensajes y ahí sí encontrarás el verdadero maná que
te alimentará y te dará la fortaleza y la paz".
Desde esa fecha, Gertrudis que antes se había
dedicado a lecturas mundanas, cambió por completo su preferencia en
cuanto a lo que leía y dedicó todos sus tiempos libres a leer la S.
Biblia, y los escritos de los santos padres, especialmente San Agustín
y San Bernardo. Ella dice: "cambié el estudio de ciencias
naturales y literatura, por el de la teología y la Sagrada
Escritura". Y en sus escritos se notará en adelante que su ciencia
la ha ido a beber (después de las revelaciones que Dios le hizo) en los
libros sagrados de la Biblia y de los santos.
En sus 47 años de vida, Gertrudis no se
diferenció externamente de las demás monjitas de su convento. Copiaba
pasajes de la S. Biblia (en ese tiempo todavía no existía la imprenta
y todo había que escribirlo a mano), componía explicaciones de la
Sagrada Escritura para darlas a las otras religiosas, y sufría en
silencio sus enfermedades que no eran pocas. Pero internamente su vida
era muy distinta, porque dialogaba con Dios a cada rato.
Jesucristo le dijo un día: "Gertrudis, tú
serás mi heraldo" (Se llama heraldo el que transmite mensajes de
un superior). Y ella escribió en cinco libros los mensajes que recibió
en sus revelaciones, y a su obra le puso por nombre: "Heraldo de la
amorosa bondad de Dios". A esta obra que se ha hecho famosa entre
todas las personas que se dedican a la mística, se le ha llamado
también: "Revelaciones de Santa Gertrudis". Allí se
contienen visiones, comunicaciones, y experiencias místicas, y estas
experiencias se han repetido después en muchas otras almas santas como
por ejemplo San Juan de la cruz, Santa Teresa, Santa Magdalena de Pazzi,
Santa Gema y muchísimos santos más.
Dice la santa que un día vio que de la herida del
costado de Cristo salía un rayo de luz y llegaba al corazón de ella.
Desde entonces sintió un amor tan grande hacia Jesucristo, como nunca
antes lo había experimentado.
Su amistad con Santa Matilde. Esta otra gran santa
era 15 años mayor que Santa Gertrudis y le contaba las revelaciones que
ella había recibido también. Las dos (adelantándose varios siglos a
lo que después se aceptaría) recomendaban mucho la comunión
frecuente, la devoción al Sagrado Corazón y el encomendarse a San
José. Un día Santa Matilde supo que su sobrina Gertrudis venía
copiando todas las experiencias místicas y las revelaciones que ella le
había contado, y se alarmó. Pero el Señor le comunicó que Él mismo
le había inspirado a Gertrudis el deseo de escribir tales experiencias
y revelaciones, y entonces la misma Matilde se encargó de corregir
aquel escrito, el cual fue publicado con el título de
"Revelaciones de Santa Matilde".
Santa Matilde le preguntó a Jesús: "Señor,
fuera de la Santa Hostia, ¿dónde te puedo encontrar?" – Y
Jesús le respondió: "Búscame en el corazón de Gertrudis".
Dice Gertrudis que un día Jesús acercó
totalmente el corazón de Matilde a su Sagrado Corazón, y que desde esa
fecha aquella santa quedó totalmente enamorada de Cristo.
Los especialistas afirman que los libros de Santa
Gertrudis son, junto con las obras de Santa Teresa y Santa Catalina, las
obras más útiles que una mujer haya dado a la Iglesia para alimentar
la piedad de las personas que desean dedicarse a la vida
contemplativa". Es una de las Patronas de los escritores
católicos.
Cuando le fue anunciado que se acercaba su muerte
exclamó: "Esta es la más dulce de las alegrías, la que más
había deseado, porque voy a encontrarme con Cristo". Y dictó sus
últimos pensamientos acerca de la muerte, que son de lo más sublime
que se haya escrito.
Murió el 17 de noviembre del año 1302. (su
fiesta se celebra el 16 de noviembre).
Que Cristo Jesús nos regale también a nosotros
una llamarada de amor hacia Él, como la que le concedió a su fiel
sierva Gertrudis.
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