Los Cinco Minutos de María |
Estar enamorado de la Virgen, nuestra Madre, es hallar una razón para vivir; es hallar los ojos de una Madre que se clavan en los nuestros y nos dan la luz que nos hace ver y gozar de las cosas de Dios.
Enamorarse de la Virgen, nuestra Madre, es elevarse sobre la oquedad de la tierra, beber la luz de los espacios azules como el manto de la Virgen, sentirse espiritualizados por el amor de tan santa Madre, ponerse en las manos de la Madre celestial, para que ella nos vaya haciendo semejantes a Jesús.
María, besos y caricias de Dios a la humanidad sufriente.
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