Los Cinco Minutos de María |
¡Los ojos de la Inmaculada!
Limpísimos y llenos de luz, sin la menor nube que pudiera hacerles perder su brillo. Ojos azules como el fondo del cielo límpido; ojos inocentes como los ojos de una virgen y ojos tiernos como los ojos de una madre.
Miremos las personas y las cosas con los ojos de la Virgen y las veremos con una nueva dimensión: la dimensión de la fe y del amor.
María, yo rehúyo ponerme a la escucha de Dios; ¡que poco me parezco a ti!
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