Martirologio Romano: San Jorge, mártir, cuyo glorioso certamen, que tuvo
lugar en Dióspolis o Lidda, en Palestina, celebran desde muy
antiguo todas las Iglesias, desde Oriente hasta Occidente (s. IV).
Etimológicamente: Jorge = Aquel que trabaja la tierra, es de
origen griego.
La vida de San
Jorge se popularizó en Europa durante la Edad Media, gracias
a una versión bastante "sobria" de sus actas.
Según cuenta
la tradición, el santo era un caballero cristiano que hirió
gravemente a un dragón de un pantano que aterrorizaba a
los habitantes de una pequeña ciudad. El pueblo sobrecogido de
temor se disponía a huir, cuando San Jorge dijo que
bastaba con que creyesen en Jesucristo para que el dragón
muriese. El rey y sus súbditos se convirtieron al punto
y el monstruo murió.
Por entonces estalló la cruel persecución
de Diocleciano y Maximiano; el santo entonces comenzó a alentar
a los que vacilaban en la fe, por lo que
recibió crueles castigos y torturas, pero todo fue en vano.
El emperador mandó a decapitar al santo, sentencia que se
llevó a cabo sin dificultad, pero cuando Diocleciano volvía del
sitio de la ejecución fue consumido por un fuego bajado
del cielo.
Esta versión popular de la vida del santo,
induce a que en realidad San Jorge fue verdaderamente un
mártir de Dióspolis (es decir Lida) de Palestina, probablemente anterior
a la época de Constantino.
No se sabe exactamente como
llegó a ser San Jorge patrón de Inglaterra. Ciertamente su
nombre era ya conocido en las islas Británicas antes de
la conquista de los normandos.
En todo caso, es muy
probable que los cruzados especialmente Ricardo I hayan vuelto del
oriente con una idea muy elevada sobre el poder de
intercesión de San Jorge.
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