El culto a estos tres santos se remonta a tiempos muy antiguos; sus
nombres aparecen en el llamado martirologio de San Jerónimo o
Hieronymianum. Dieron su vida por la fe en la provincia romana de
Lucania, en el sur de Italia.
La veneración a San Vito se extendió tanto por Alemania, que su nombre se incluyó entre los Catorce Santos Protectores y se le consideró como patrono especial de los epilépticos y de los afectados por esa enfermedad nerviosa llamada ‘Baile de San Vito’, tal vez por eso se le tiene también por protector de los bailarines y actores.
La veneración a San Vito se extendió tanto por Alemania, que su nombre se incluyó entre los Catorce Santos Protectores y se le consideró como patrono especial de los epilépticos y de los afectados por esa enfermedad nerviosa llamada ‘Baile de San Vito’, tal vez por eso se le tiene también por protector de los bailarines y actores.
Asimismo, se le
invocaba contra el peligro de las tormentas, contra el exceso de sueño,
mordeduras de serpientes y contra todo daño que las bestias pueden
hacer a los hombres. A menudo se le representa acompañado de alguna
fiera.
San Vito, Modesto y Crescence, a los que se le atribuían poderes
sobrenaturales, murieron por negarse rotundamente a rendir sacrificio a
los dioses. Fueron sometidos a diversas torturas de las que salieron
ilesos. Los mártires murieron en Lucania, agotados por sus sufrimientos.
De acuerdo a la leyenda, mártires bajo Diocleciano; su festividad, 15 de
Junio. El primer testimonio de su veneración es ofrecido por el
"Martyrologium Hieronymianum" (ed. De Rossi-Duchesne, 78: "In Sicilia,
Viti, Modesti et Crescentiae").
El
hecho que la nota está en los tres más importante manuscritos prueba
que esto estuvo también en el ejemplar común de estos, lo cual apareció
en el siglo quinto. El mismo Martirologio tiene bajo el mismo día a otro
Vito a la cabeza de nueve mártires, con la especificación de lugar, "En
Lucana", esto es, en la provincia Romana de aquel nombre en el Sur de
Italia entre la playa Toscana y el Golfo de Taranto.
Es
posible que sea el mismo mártir Vito en ambos casos, porque solamente
se dá el nombre del territorio, no de una ciudad, como el lugar donde el
mártir fue venerado. Este testimonio de la veneración pública de estos
tres santos en el siglo quinto prueba positivamente que ellos son
mártires históricos. A pesar de eso no hay ningún informe histórico de
ellos, ni de el tiempo o de los detalles de su martirio. Durante el
siglo seis y siete una narrativa puramente legendaria de su martirio
apareció lo cual fue basado en las leyendas, especialmente en la leyenda
de Poitus, y ornamentada con las narraciones de fantásticos milagros.
Esto aún existe en varias versiones, pero no tienen nada de valor
histórico.
De acuerdo a esta leyenda Vito fue un niño de siete años de edad
(otras versiones lo ponen de doce años de edad), el hijo de un senador
pagano de Lucana. Durante la era de los emperadores Diocleciano y
Maximiliano, su padre buscó de todas la maneras, incluyendo varias
formas de tortura, hacerlo a él apostatar. Pero él permaneció firme, y
Dios lo ayudó de una forma maravillosa. El huyó con su tutor Modesto en
una embarcación a Lucana.
Desde Lucana el fue llevado a Roma para sacar
un demonio el cual había tomado posesión de un hijo del emperador
Diocleciano. Esto hizo, y aún, debido a que permaneció firme en la Fe
Cristiana, fue torturado junto con su tutor Modesto y su niñera
Crescencia. Por un milagro un ángel trajo de vuelta a los mártires a
Lucana, donde ellos murieron por las torturas que habían soportado.
Tres
días después Vito se apareció a una distinguida matrona llamada
Florencia, la cual encontró los cuerpos y los enterró en el sitio donde
ellos fueron hallados. Es evidente que el autor de la leyenda ha
conectado en su invención tres santos los cuales aparentemente sufrieron
muerte en Lucana, y fueron primero venerados en ese lugar.
La veneración de los mártires se esparció rápidamente por el Sur de
Italia y Sicilia, como se muestra por la nota en el "Martyrologium
Hieronymianum".
El Papa Gregorio el Grande menciona un monasterio
dedicado a Vito en Sicilia ("Epist.", I, xlviii, P.L., LXXXVII, 511). La
veneración de Vito, el santo del grupo, también apareció tempranamente
en Roma. El Papa Gelasius (492-496) menciona una capilla dedicada a él
(Jaffé, "Reg. Rom. Pont.", 2nd ed., I, 6 79), y en Roma en el siglo
séptimo la capilla de unos diáconos estaba dedicada a él ("Liber Pont.",
ed. Duchesne, I, 470 sq.).
En el siglo octavo se dice que las reliquias
de San Vito fueron llevadas al monasterio de San Denis por el Abad
Fulrad. Ellas fueron posteriormente presentadas al Abad Warin de Corvey
en Alemania, el cual las trasfirió solemnemente a esta abadía en el año
836.
Desde Corvey la veneración de San Vito se esparció hasta Westfalia y
en los distritos orientales y del Norte de Alemania. San Vito es
invocado, sobre todo contra la epilepsia, la cual es llamada la Danza de
San Vito, y el es uno de los catorce mártires que otorga ayuda en
situaciones de problemas.
El es representado cerca de un caldero de
aceite hirviendo, porque de acuerdo a la leyenda el fue lanzado dentro
de un caldero, pero escapó milagrosamente. La fiesta de los tres santos
fue adoptada en los Martirologios de los inicios de la edad media y es
también recordada en el actual Martirologio Romano el 15 de Junio.
Acta SS., June, II, 1021-1037; MOMBRITIUS, Sanctuarium, II, 349-351;
(2nd ed.), II, 634-638; Catalogus codicum hagiograph., ed. BOLLANDISTS
(Brussels), I, 11-12, 54-56; Mon. Germ. Hist.: Script., II, 576-585;
Historia translationis s. Viti, ed. STENTRUP (Munster, 1906);
Bibliotheca hagiographica latina, II, 1257- 1259; Supplementum (2nd
ed.), 308-309; DUFOURCQ, Etude sur les gesta martyrum romains, II
(Paris, 1907), 165-177; KESSEL, St. Veit, seine Geschichte, Verehrung
und bildlichen Darstellungen in Jahrbucher des Vereins fur
Altertumsfreunde im Rheinlande, XLIII (1867), 152-183; SCHILDGEN, St.
Vitus und der slavische Swantovit in ihrer Beziehung zu einander in
Programme (Munster, 1881).
J.P. KIRSCH
Transcrito por Michael T. Barrett
Dedicado a Los Mártires Romanos
Traducido al español por Ramiro Banda V.
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