Los Cinco Minutos de María - Índice

Presentación

Los Cinco Minutos con María

Dos Palabras de Presentación:

Lector, te ofrezco esta serie de pensamientos sobre María Santísima, nuestra buena Madre.

Y principalmente me tomo la libertad de presentarte dos sugerencias.

1. Te presento dos minutos de lectura, no apresurada y superficial, sino reposada y calma sobre alguna de las múltiples y brillantes facetas que irradia la Virgen María; luego te sugiero que cierres el libro y te concentres en una personal reflexión sobre esa idea mariana, aplicándola a tu vida personal: si a esa reflexión dedicas tres minutos al menos, ya tendrás los cinco minutos con María, que te auguro muy beneficiosos para tu espiritualidad.

2. Este libro no lo debes leer "de golpe", o "de un solo tirón": todo lo contrario: aquí tienes alimento espiritual para cada día del año: no comas hoy el alimento que se te ha reservado para mañana.

Si durante un año continúas con este sistema de reflexión mariana, te prometo que no terminarás el año sin haber marianizado tu vida, que es lo que me propuse.

El que marianiza su vida, marianiza su muerte, y el que marianiza su muerte, también marianiza su eternidad.

Ruega para que esto suceda en mi también.

Alfonso Milagros cmf.

Busca en este Índice día a día para hacer tu meditación mariana.

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Mi Adiós

¡Hermano devoto de la Virgen María!

Durante todo un año hemos ido meditando la realidad excelsa de la Madre de Dios, que es también nuestra Madre.

Te he ido presentando asi en forma de breves pensamientos la Persona y la misión de María en tí y en la Iglesia de Jesús.

Habrás notado que algunas ideas se han repetido en diferentes días y meses a lo largo del año; no ha sido impensado, sino muy muy consciente ese proceder; porque cierta ideas son de capitalísima importancia y era necesario repetirlas algo insistentamente, para grabarlas más profundamente en tu alma, para que al terminar el año estuvieras plenamente convencido de ciertas realidades espirituales que tienen lugar en tí por intermedio de la dulce Madre de Cielo.

Ahora te dejo y te deseo que sigas viviendo siempre esa espiritualidad mariana, que no ha de ser fruto de un entusiasmo ocasional,  sino fruto de lña convicción de la realidad teológicamente mariana que Dios mismo ha puesto en la Iglesia.

Que la dulce Madre nos acompañe siempre y nos libre de todos los peligros.