"Nosotros no poseemos la verdad, es la Verdad quien nos posee a nosotros. Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Benedicto XVI
"Dejá que Jesús escriba tu historia. Dejate sorprender por Jesús." Francisco

"¡No tengan miedo!" Juan Pablo II
Ven Espiritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida. Y renovarás el Universo. Dios, que iluminaste los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, danos el valor de confesarte ante el mundo para que se cumpla tu plan divino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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viernes, 23 de septiembre de 2011

Homilia 4º Misa por las Victimas de la trata y tráfico de personas - 23 de septiembre de 2011 - Cardenal Jorge Mario Bergoglio


Homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires, con motivo de la 4º misa por las víctimas de la trata y tráfico de personas (Plaza Constitución, 23 de septiembre de 2011)

Jesús iba por las calles de los pueblos enseñando a la gente, curando a los enfermos, a los afligidos, y la gente decía: “Este es un gran hombre”. Se preguntaban quien era él. Y Jesús, que sabía eso, les hace esta pregunta a los apóstoles. Ellos le comentan lo que la gente decía de él y entonces los mira a los ojos y les dice: “Y ustedes quien dicen que soy yo?” Pedro, en nombre de todos, le responde:”Sos el Mesías, el Hijo de Dios”. Pero para evitar que creyeran que era alguien que no estaba en órbita, que no tenía nada que ver con lo que les pasaba, Jesús los baja de un hondazo y les dice: “Sepan que voy a tener que sufrir mucho, que voy a ser entregado y que me van a matar”. Jesús, Dios, el hijo de Dios que se involucra tanto en nuestra vida, en nuestra existencia que se deja matar por nosotros. Jesús, Dios, que se involucra tanto en nuestra existencia que quiere estar compartiendo nuestros dolores. Jesús, Dios, que nos viene a dar una verdadera libertad, pero no la predica desde un teatro o desde un palco sino que la predica con la “carne en el asador” en medio de aquellos que no tienen libertad.

Y por eso hoy Jesús viene aquí; y no viene a proponer una teoría de la libertad o a decir como hacer las cosas sino que viene a decir que está con estos hermanos y hermanas nuestros que en esta ciudad de Buenos Aires viven esclavizados. Ustedes me podrán decir: “Pero Padre, usted siempre dice lo mismo”… Y sí, mientras en Buenos Aires haya esclavos voy a decir lo mismo! En el colegio nos enseñaron que la esclavitud estaba abolida pero saben que es eso? Un cuento chino! Porque en esta ciudad de Buenos Aires la esclavitud no está abolida; en esta ciudad la esclavitud está a la orden del día bajo diversas formas; en esta ciudad se explota a trabajadores en talleres clandestinos y si son inmigrantes se les priva de la posibilidad de salir de ahí; en esta ciudad hay chicos en situación de calle desde años! No sé si hay más o menos pero hay muchos, y esta ciudad fracasó y sigue fracasando de liberarlos de esta esclavitud estructural que es la situación de calle. En esta ciudad esta prohibida la tracción a sangre… pero todas las noches veo en Plaza de Mayo carritos cargados con cartones y tirados por chicos…Eso no es tracción a sangre?? Es esclavitud que explota. En esta ciudad se rapta a mujeres y chicas y se las somete al uso y abuso de su cuerpo, se las destruye en su dignidad. En esta ciudad hay hombres que lucran y se ceban con la carne del hermano, la carne de todos esos esclavos y esclavas; la carne que asumió Jesús y por la cual murió vale menos que la carne de una mascota y esto pasa en esta ciudad!!! Se cuida mejor a un perro que a estos esclavos nuestros! Que se los patea! Se los deshace! La gran ciudad de Buenos Aires… y Jesús esta hoy aquí para decirnos: “Mirá a tu hermano… mirá a tu hermana…”

Hace un par de horas estuve reunido con la mama de Marita Verón, que fue robada por los tratantes y sometida a trabajo en prostíbulos. Logró liberar a otras 129 chicas pero a su hija todavía no la encontró. En esta ciudad hay muchas chicas que dejan de jugar con muñecas para entrar en el tugurio de un prostíbulo porque fueron robadas, fueron vendidas, fueron traicionadas…

Hoy venimos a pedir por las victimas de trata de personas, la trata del trabajo esclavo, la trata de la prostitución; en esta plaza del barrio de Maria Cash venimos a pedirle a Jesús que, él que es Dios y tomó nuestra carne, nos haga llorar por la carne de tantos hermanas y hermanos nuestros que son sometidos. Le venimos a pedir a Jesús que aprendamos a cuidar a estos hermanos nuestros sometidos a la esclavitud con la ternura que merecen y que no gastemos nuestra ternura en cuidar y en atender mascotas dejando de lado el hambre de nuestros chicos…

Ciudad pecadora… Ciudad sufriente… Ciudad que no sabe llorar… Buenos Aires necesita llorar: llorar por la esclavitud de sus hijos, de tantos hijos e hijas que pasaron por el volquete y quedaron en la volqueta… en Buenos Aires se ha instalado la cultura del volquete porque se dan por desperdicio a hombres y mujeres que cayeron en la trata de personas. Alguno podrá preguntar: “Padre, como puede ser esto?” Lo dije las dos últimas veces: Hay una anestesia cotidiana que esta ciudad sabe usar muy bien y se llama coima y con esta anestesia se adormecen las conciencias. Buenos Aires es una ciudad coimera! Jesús esta acá con nosotros! Jesús: enseñanos a pensar en tantos hermanos y hermanas nuestros que son esclavos, enseñanos a meternos en su carne, enseñanos a llorar por esta esclavitud de Buenos Aires, enseñanos a ser más solidarios, y a luchar para que esta ciudad no tenga más esclavos.

Y a la Virgen, Madre de todos nosotros, le pedimos que nos contagies ternura materna para sentir que esos hombres y mujeres, chicos y chicas, sometidos a la esclavitud en esta ciudad, sean hijos de ella e hijos nuestros. Que Dios bendiga a todos los que en este momentos están sufriendo, siendo explotados; que Jesús los acaricie. Hoy Jesús está en Plaza Constitución, no para hacer política ni para dar una conferencia sino para llorar con su Pueblo.

Que así sea.

Cardenal Jorge M. Bergoglio, SJ, arzobispo de Buenos Aires
Viernes 23 de septiembre de 2011.

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