"Nosotros no poseemos la verdad, es la Verdad quien nos posee a nosotros. Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Benedicto XVI
"Dejá que Jesús escriba tu historia. Dejate sorprender por Jesús." Francisco

"¡No tengan miedo!" Juan Pablo II
Ven Espiritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida. Y renovarás el Universo. Dios, que iluminaste los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, danos el valor de confesarte ante el mundo para que se cumpla tu plan divino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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sábado, 1 de febrero de 2014

Personajes biblicos: Juana mujer de Cusa administrador de Herodes Tetrarca de Galilea


Juana mujer de Cusa administrador de Herodes Tetrarca de Galilea (*)

Solo San Lucas inserta a Juana en el grupo de mujeres itinerantes que seguían a Jesús, colaborando con él en la obra evangelizadora de la diakonía o servicio económico de asistencia: “Jesús caminaba por los pueblos y aldeas predicando y anunciando el reino de Dios.
Iban con él los doce y algunas mujeres que habían liberado de malos espíritus y curado de enfermedades: María llamada Magdalena, de la que había expulsado siete demonios, Juana mujer de Cusa, administrador de Herodes, Susana y otras muchas que le asistían con sus bienes” (Lucas 8,1-3).
El mismo evangelista coloca a Juana, junto a María Magdalena, en el grupo de las mujeres que al rayar el alba del domingo volvieron al sepulcro de Jesús con aromas que habían preparado para ungir su cuerpo (Lucas 24,10).
Esto es lo único que sabemos de Juana, mujer agradecida por el hecho de haberla liberado el Señor de una enfermedad.

San Lucas nada nos dice de su marido Cusa salvo que era administrador o ministro de finanzas de Herodes Antípas, tetrarca de Galilea. De Herodes Antipas sabemos que era hijo de Herodes el Grande perteneciente a la estirpe idumea, descendiente de Esaú, hijo de Isaac (Génesis 25,25).
Herodes el Grande es el que dio la orden “de matar a todos los niños de Belén y de todos los que tuvieran menos de dos años” (Mateo 2,16). Herodes Antipas heredó de su padre una parte del reino, la tetrarquía de Galilea (Lucas 3,1) y estableció su corte en Tiberíades, a orillas del lago de Galilea.

Juana parece que vivió en Tiberíades una espléndida vida cortesana. Si de Herodes el Grande sabemos que tenía un harén, de su hijo Herodes Antipas sabemos que se hizo notar por haberse enamorado de una mujer, Herodías, esposa de su hermano Filipo.
Este hecho fue condenado en diversas ocasiones por Juan Bautista que decía a Herodes Antipas: “No te es lícito tener la mujer de tu hermano” (Marcos 6,18) y por eso “Herodías detestaba a Juan” (Marcos 6,19). Para vengarse aconsejó a su hija pedir, no la mitad del reino, sino la cabeza de Juan (Marcos 6,17-29); (Mateo 14,3-12).
La tradición dice que la decapitación de Juan acaeció en la fortaleza de Maqueronte, en la orilla oriental del Mar Muerto, en la región de la Perea, hoy en Jordania. No sabemos si Juana estaba presente en la escena macabra de presentar la hija a la madre la cabeza de Juan.

Herodes Antipas había oído hablar, sin duda alguna, de la predicación de Jesús y sus milagros, como había sido la curación de Juana, mujer de su ministro de finanzas. Parece que Herodes había intentado matar también a Jesús ya que el evangelio nos dice que en aquel tiempo “se acercaron unos fariseos (a Jesús) y le dijeron: Sal, márchate de aquí porque Herodes quiere matarte. Jesús les dijo: Vayan a decir a ese zorro: Sabe que expulso demonios y realizo curaciones hoy y mañana y al tercer día acabaré. Por lo demás, hoy, mañana y pasado tengo que continuar mi viaje porque es impensable que un profeta pueda morir fuera de Jerusalén” (Lucas 13,31-33)

Durante los días de la Pasión del Señor, Herodes Antipas se encontraba en Jerusalén, y Pilato al cerciorarse   que Jesús era de la jurisdicción de Herodes, se lo envió, aprovechando la oportunidad. Herodes se alegró mucho de ver a Jesús y esperaba verle hacer algún milagro (Lucas 23,7-9). Ahora bien, como Jesús no respondió a sus preguntas, Herodes “lo despidió y rió de él; le puso un vestido de color llamativo y se lo devolvió a Pilato” (Lucas 23,9-12).
San Lucas, describiendo el trágico fin de Herodes, dice que “murió roído de gusanos” (Hechos 12,23). Según la mentalidad de aquella época había un vínculo casi automático entre pecado y enfermedad. Más grande era el pecado y más repugnante la enfermedad. A tener en cuenta que Herodes Antípas contaba con un elevado número de crímenes en su activo.

Los evangelios nos hablan de otro funcionario real de la corte herodiana atraído por la personalidad de Jesús. El funcionario partió de Cafarnaún a Caná de Galilea para suplicar la curación de su hijo que estaba gravemente enfermo. Jesús le contestó: “Vuelve a tu casa, tu hijo ya está bien. El padre creyó en lo que Jesús le había dicho y se fue” y su hijo vivió (Juan 4,46-54).

Los Hechos de los Apóstoles recuerdan a otros miembros de la familia de Herodes, como Herodes Agripa I, nieto de Herodes el Grande, rey de Judea del año 41 d.C. al 44. Fue quien, para agradar a los judíos, hizo matar a Santiago hijo de Zebedeo, y encarceló a Pedro en su palacio situado en la puerta de Jafa, Jerusalén. Pero el ángel del Señor le libró milagrosamente y Pedro salió de la cárcel a casa de Marcos.

Otro Herodes relacionado con la Iglesia naciente es Herodes Agripa II y sus hermanas Berenice y Drusila, los tres, hijos de Herodes Agripa I, Drusila, mujer del gobernador romano Félix, se dirigió a la prisión donde estaba Pablo en Cesarea Marítima para informarse sobre el “camino cristiano” (Hechos 24).

En otra ocasión Herodes Agripas II, junto con su hermana Berenice, fue a escuchar a Pablo. El Apóstol  aceptó hablar en la sala de audiencias de Cesarea y habló de tal manera que Herodes Agripas le confesó: “Por poco me convences para que me haga cristiano. Y Pablo replicó: “Quisiera Dios que, por poco o por mucho, no solo tú sino todos los que me escuchan hoy llegaran a ser lo que soy yo, aunque sin estas cadenas” (Hechos 26,28-29).
Pablo se encontraba en Cesarea esperando embaucarse en una nave para ir a Roma a defenderse, pues había apelado al César.

La teóloga protestante Elizabeth Moltamann Wendal cree que la relativa benevolencia y las medidas simpáticas de la familia herodiana hacia Jesús y su doctrina puede que provenían de la presencia de Juana, mujer de Cusa, en la corte de los Herodes.

(*) Pía Compagnoni

Fuente: Revista Tierra Santa Nº 756 páginas 119 a 123

5 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Los 10 mandamientos cuales son?

Unknown dijo...

Leete el libro del éxodo capitulo 20 hallí se encuentran los diez mandamientos

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