"Nosotros no poseemos la verdad, es la Verdad quien nos posee a nosotros. Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Benedicto XVI
"Dejá que Jesús escriba tu historia. Dejate sorprender por Jesús." Francisco

"¡No tengan miedo!" Juan Pablo II
Ven Espiritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida. Y renovarás el Universo. Dios, que iluminaste los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, danos el valor de confesarte ante el mundo para que se cumpla tu plan divino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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viernes, 9 de agosto de 2013

Exégesis Biblica: El año en que Nació Jesucristo

¿Qué año nació el Redentor? (*)
No se sabe con certeza; pues aunque todos los sabios que han estudiado este problema cronológico están de acuerdo en admitir el error que cometió Dionisio Exiguo al introducir en el siglo VI la era vulgar, no convienen, sin embargo, al precisar la extensión del error, colocando el nacimiento de Jesucristo 5 años, 6 y aún 7 antes de dicha era vulgar.

La fecha más allá de la cual no puede colocarse es ciertamente el año 750 de Roma; pues el Evangelio afirma de manera explícita que Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande (Mt. 2,1), el cual murió poco antes de la Pascua de 750, y no de 754 como erróneamente creyó el monje Dionisio.

Ahora bien, los sucesos narrados por el Evangelio entre el nacimiento de Jesús y la muerte de Herodes nos obligan a colocar aquél antes del año 750. Herodes, en efecto, estuvo ausente de Jerusalem por algún tiempo, antes de morir; pues obligado por la enfermedad que le aquejaba se hizo llevar a los baños termales de Kallirrhoe en busca de salud, y antes de abandonar él la Ciudad Santa debieron llegar a ella los Magos, encontrando al Rey perfectamente sano, ya que manifestó deseos de ir el también a Belén para rendir homenaje al nuevo rey de los judíos.

¿Cuándo tuvo lugar la visita de los Magos? Casi todos los exégetas modernos la colocan después de los 40 días que debieron transcurrir entre el nacimiento del Niño y su presentación en el Templo; y aún San Lucas da a entender que no se realizó inmediatamente después de la Presentación, ya que, luego de habernos dicho que la sagrada Familia cumplió con todo lo prescrito en la ley acerca de los primogénitos, asegura que de Belén “se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazareth” (Lc. 2,39).

El nacimiento del Niño, descendiente de David, en la ciudad de David. ¿No pudo haber movido a sus padres a establecerse en esta ciudad que era señalada por las profecías como lugar de nacimiento del Mesías? Es muy probable que, determinados a eso, 40 días después del nacimiento, es decir, apenas le fue posible ponerse en camino, una vez cumplidos los requisitos legales, hayan ido a Nazareth a despedirse de sus parientes y arreglar sus cosas, para luego volver a Belén a establecerse en alguna casita que San José se habría conseguido; y estando así establecidos, tuvo lugar la vista de los Magos.

Es cierto que no podemos precisar al tiempo en que se desarrollaron estos sucesos; pero creemos no estar muy lejos de la verdad fijándoles el espacio de uno o más años. Herodes, ordenando la muerte de todos los niños de Belén, de dos años para abajo, creía sin duda, por lo que le habían dicho los Magos, que Jesús tendría ya unos dos años.

Pero la vaguedad del texto de San Mateo aparece con mucha más precisión en el de San Lucas, el cual hace entrar el Nacimiento de N.S. en el sincronismo histórico de un empadronamiento decretado por Augusto y llevado a cabo en Palestina durante el gobierno de Quirinio: “Sucedió que en aquellos días fue decretado por César Augusto que todo el orbe se empadronase; este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de la Siria Quirinio” (Lc. 2,1-2).

En estos dos datos –el empadronamiento decretado por Augusto y la presencia de Quirinio en Siria- están hoy enteramente probados por los recientes descubrimientos históricos y epigráficos. En la autobiografía grabada a la entrada del templo levantado en Ancyra (= Angora) de Galacia en honor de Augusto dícese que éste decreto por tres veces el empadronamiento del pueblo romano en los años de 727, 746 y 767 de Roma. El del año 746 es también recordado por el historiador Dión Casio. Decretó asimismo el censo de las provincias, mereciendo particular atención en el Egipto, porque de él se hace mención en algunos papiros publicados, según los cuales, cada 14 años hacíanse el empadronamiento en este país, debiendo el padre de familia –el año que seguía a la publicación del decreto- declarar por escrito a las autoridades el nombre, apellido y edad suyos y los de su mujer, hijos y familiares. De los papiros hasta hoy conocidos resultan ciertos los ciclos de los años 20-258 de Cristo; pero no faltan razones para creer en el ciclo del año 746 de Roma, es decir, en el año del censo de Augusto. Por otra parte, las investigaciones de Juan  B. de Rossi han probado que Augusto había hecho preparar planos y mapas topográficos de todo el imperio romano, cuyo resultado fue el célebre Orbis pictus terminado el año 747 de Roma: luego antes de este año habíase ya realizado un censo que había suministrado al dicho Orbis los datos.

Es cierto que en las fuentes judías no se habla de empadronamientos en Palestina; pero el juramento de fidelidad, impuesto por Herodes, no solo a su persona sino también a la del emperador, precisamente en 746, puede movernos a creer que haya sido una especie de empadronamiento; pues Flavio Josefo, que nos lo describe, añade que en aquella ocasión rehusaron hacerlo 60.000 fariseos: estadística que presume un censo.

Todas estas razones inducen, pues, a creer que el año 746 fue decretado por Augusto un empadronamiento general y que  éste fue el primero de una serie de censos cada 14 años.
San Lucas añade que este primer empadronamiento se hizo en  Palestina siendo Quirinio gobernador de Siria. Consta, por dos inscripciones halladas el año 1912 en Antioquía de Pisidia, que  P. Sulpicio Quirinio estuvo dos veces en Siria, los años 11-8 a.C. y 6 d.C. Su sucesor fue Cayo Sencio Saturnino, al cual atribuye Tertuliano el censo realizado cuando nació Jesucristo. Como se ve, Tertuliano depende de otras fuentes distintas de San Lucas, al cual apoya en cuanto al censo, pero difiere de él respecto al nombre del oficial romano. Ambas aserciones pueden justificarse admitiendo estas hipótesis:

a) como el empadronamiento duraba un año entero, Quirinio pudo gobernar la Siria la primera parte del año y Saturnino la segunda.

b) Quirinio y Saturnino pudieron ser, al mismo tiempo, gobernadores imperiales en la misma provincia, pero con residencias y cargos distintos: Quirinio al cuidado de las legiones y asuntos militares; Saturnino al de la parte política y de las relaciones entre Siria y Palestina.

La primera solución es más probable, y por tanto el año 746 de Roma (8 antes de la era vulgar) puede considerarse el verdadero año del nacimiento del Redentos.

(*) Publicado en la “Revista Tierra Santa” de la Custodia franciscana, Año IX Nº 97 páginas 6 a 8 del 13 de enero de 1929

sábado, 3 de noviembre de 2012

Conferencia: Últimos tiempos y apocalipsis

El Padre Manuel Carreira (teólogo, filósofo y físico) nos acerca a un libro del Nuevo Testamento muchas veces malinterpretado o sacado de contexto: el Apocalipsis. 

Con objetividad teológica y un lenguaje accesible a todos nos da algunas claves para su correcto entendimiento. 



lunes, 29 de octubre de 2012

Como se lee la Biblia - Punto de vista



Programa punto de vista del 29 de octubre de 2012


jueves, 4 de octubre de 2012

Los Símbolos de la Biblia: El símbolo del Pez



Después de la Resurrección Jesús preparó un refrigerio a sus discípulos a orillas del lago de Tiberíades. Sobre el fuego de unas brasas preparó unos peces.

Con anterioridad a este hecho Jesús había multiplicado los panes y había distribuido peces a un gentío hambriento. 

Mosaico pavimental de la iglesia de la multiplicación de los panes en Tabga

El evangelista Juan emplea la palabra griega opsarion para designar a estos peces, mientras que para designar a los 153 grandes peces –número que simboliza a las naciones y pueblos conocidos en ese momento- de la pesca milagrosa recurre a la palabra ikhthis, pez. Será este seguro término el empleado por la tradición cristiana para nombrar a Cristo.

Asimismo, la lengua hebrea tiene dos nombres para designar al pez: nun y dag. Muy pronto el pez se convierte en símbolo de Cristo. Así la basílica de la Natividad de Belén tiene un mosaico del período constantiniano, siglo IV, con la inscripción griega ikhthis.

Igualmente conocemos muchas lámparas de aceite de la época bizantina decorada con el símbolo del pez que representa a Cristo.

Cuando hablamos del símbolo del pez el primer término que nos viene a la mente es el del escritor cristiano Tertuliano que explica con estas palabras el símbolo: “Nosotros, pececitos, al igual que nuestro Pez, Jesucristo, nacemos en el agua (bautismal) y no nos salvamos si no permanecemos en el agua” (De baptismo, I).

El famoso acróstico de los Oráculos sibilinos (8,217-250) en el que las letras de la palabra griega ikhthis forman las iníciales de la frase “Jesu-Cristo Hijo de Dios, Salvador” suponen la identificación de Cristo con el pez, pero sin explicarlo.

P. Frédéric Manns
Estudio Bíblico de la Flagelación


lunes, 1 de octubre de 2012

La homosexualidad en la Biblia - Punto de vista


Programa Punto de vista: del 1 de Octubre de 2012

sábado, 29 de septiembre de 2012

Los Símbolos de la Biblia El Símbolo del Gallo



“¿Quién infundió sabiduría al Ibis y dio al gallo inteligencia?” exclama Job (Job 38,36)

El Símbolo biblico del Gallo
En efecto, el  gallo sabe distinguir el final de la noche y el principio del día. Por su parte, el autor del tercer libro de Baruch pensaba que era el fénix el que despertaba al gallo para que no faltase a la cita del surgir del sol.

En las tradiciones judía y cristiana la expresión “al canto del gallo” significa “muy temprano”.

El libro de los Proverbios (30,29-31) contiene un juicio realista sobre el gallo: “Hay tres seres de airoso andar y cuatro de hermoso caminar: el león, el más fuerte de los animales que ante nada retrocede; el gallo, que marcha gallardo entre las gallinas; el macho cabrío, que va delante de la manada; y el rey, al frente de su pueblo”.

Los textos rabínicos no vacilan en llamar al gallo “geber”, macho. Estos mismos textos hablan de la prohibición de criar gallos en Jerusalén. 

Parece que esta ley estaba motivada por precauciones de orden de la pureza legal. Por otra parte, sabemos por los evangelios que había gallos en Jerusalén. 

Recordemos la triple negación de Pedro: “Y en aquel momento cantó el gallo” (Juan 18,27).

El gallo en la tradición cristiana se convierte en símbolo de resurrección, pues así como el galoo anuncia el nuevo día, de la misma manera el cristianismo espera la venida de Cristo. En la edad media el gallo era símbolo del predicador, que despierta a los adormecidos. De ahí que se vea presente el gallo en lo más alto de los campanarios y espadañas.

P. Frédéric Manns
Estudio Bíblico de la Flagelación
                                                                                    
Revista “Tierra Santa” Nº 755 página 60 año 2002

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